Desarrollo euroasiático contrapeso a la insensatez en Washington

 

MSIa Informa

Mientras el propio gobierno de Donald Trump y el núcleo neoconservador que lo rodea se empeñan en mantener una hegemonía global con sus usuales tretas y amenazas, el mundo camina a pasos acelerados hacia un orden de multipolaridad cooperativa entre las naciones. Tal proceso es catalizado por las iniciativas de China y de Rusia, cuyas relaciones se consolidan cada vez más como una sólida alianza estratégica para promover la integración física y económica de la región de Eurasia.

 

Esta tendencia se muestra en dos eventos acontecidos de los últimos días. El primero, la cúpula entre el presidente ruso Vladimir Putin y el líder de Corea del Norte Kim Jong-un, realizada en Vladivostok el 25 de abril, que mostró el contraste entre el fracaso del último encuentro entre Donald Trump y Kim y la actitud de la diplomacia rusa en la búsqueda de una solución de cooperación.

 

En el encuentro, KIM dejó manifiesto que los esfuerzos de distensión en la Península Coreana son saboteados por los ultra belicistas que controlan la política externa en Washington, que exigen la desnuclearización unilateral de Corea del Norte, sin ninguna contraparte estadounidense. Ante eso, Putin afirmó que las discusiones para la superación del impase no deberían restringirse a los EUA, sino involucrar también a Rusia, China, Japón y Corea del Sur, la forma que prevaleció entre 2003 y 2009.

 

El segundo evento de importancia mucho mayor, fue el II Foro de la Iniciativa Franja y Ruta, realizado en Pequín entre el 26 y el 28 de abril al que asistieron 38 jefes de Estado y de gobierno. Además del anfitrión Xi Jinping, la estrella fue nuevamente Putin, cuyo discurso enfatizó que la cooperación ruso-china está siendo elevada a la categoría de una alianza estratégica de hecho, comenzando por la disposición mutua para la integración de los proyectos de infraestructura de la Unión Económica Euroasiática UEE) con la Iniciativa Franja y Ruta (ICR) como el núcleo de una Gran Sociedad Eurasiática.

 

Putin explicitó los objetivos de esta iniciativa:

“Es importante que elaboremos maneras efectivas de responder a los riesgos de un escenario global de fragmentación política, económica, tecnológica y de proteccionismo creciente, con restricciones unilaterales ilegítimas impuestas a rebeldía del Consejo de Seguridad de la ONU o, aún peor, guerras comerciales como su expresión más peligrosa.

 

Déjenme repetir lo que he dicho en varias ocasiones: Esas tendencias negativas alimentan el terrorismo, el extremismo y los flujos migratorios ilegales, haciendo resurgir viejos conflictos regionales y provocando otros nuevos. Creo firmemente que Eurasia puede representar un modelo en el trazo de una agenda significativa y positiva, para solucionar estos y otros problemas internacionales urgentes (…)

 

Los conceptos de la Gran Sociedad Eurasiática y de la Franja y Ruta, se basan en principios y valores que todos entienden: la aspiración natural de las naciones a vivir en paz y armonía y de beneficiarse del libre acceso a los últimos avances científicos e innovaciones, preservando sus propias culturas e identidades espirituales. En otras palabras, nosotros estamos unidos por nuestros intereses estratégicos de largo plazo”.

 

Era de esperar que los Estados Unidos, junto con la mayoría de sus principales aliados, hayan declinado de la invitación, a pesar de que ellos mismos no tienen una alternativa diferente sino mantener una dinámica de dominación. Lo que es inconcebible es que los principales países iberoamericanos, México, Brasil y Argentina no se hayan hecho presentes lo que indica una tendencia a la sumisión a los designios de Washington que ya manifestaron su deseo de reeditar la carcomida Doctrina Monroe.

Noticias relacionadas